domingo, 1 de noviembre de 2009

¿Justicia para todos?


Se retiró hace tres años después de serlo todo en el tenis. Todos los títulos de Grand Slam, un total de ocho, y diecisiete de la ATP adornan su palmarés. Número uno en el ranking mundial, muchos millones de dólares en publicidad y otros tantos admiradores. Casado con la también ex tenista y ex número uno mundial Steffi Graf, y padre de dos hijos, niño y niña.

Buena o mala presentación, todo el mundo sabe que pertenece a la figura de Andre Kirk Agassi. Bonito currículum el del tenista estadounidense, parece el resumen de una vida perfecta. Tres años después de retirarse entre la ovación de su público, el de Las Vegas ha decidido publicar sus memorias en un libro titulado “Open”. Y el caso es que Agassi se ha abierto sin pudor y al parecer no todo fue tan perfecto.

Andre confiesa que en 1997, cuando atravesaba una mala etapa personal y profesional y su ánimo estaba por los suelos, tomó cristal por recomendación de su ayudante, un tal Slim. Un control de la ATP reveló que había tomado dicha sustancia ilegal, sin embargo, tras las explicaciones del tenista, que según reconoce en su libro también son mentira, este organismo decidió archivar el caso y nada salió a la luz.

¿Por qué la ATP ocultó el positivo de Agassi? La mayoría de los tenistas están indignados con la noticia, pues no ayuda precisamente a mantener la buena imagen de este deporte. Por otro lado, ¿qué ha llevado a Agassi a revelar este secreto después de tanto tiempo? Quizá sea el ex tenista el menos perjudicado, ya que la ATP como organismo ha perdido toda su credibilidad. Entre los Juegos de Atlanta de 1996 y la final de Roland Garros de 1999, Andre no ganó nada, por lo que retirarle los títulos conseguidos en ese tiempo no sirve de nada.

Si analizamos este caso desde el prisma general del deporte y su triste vinculación con el dopaje, surge una pregunta: ¿Por qué el ciclismo es con diferencia el deporte con más casos públicos de dopaje? Quizá los ciclistas son los únicos deportistas que realmente se someten a los controles antidopaje y cumplen las sanciones que éstos establecen. Quizá sea más importante la inversión publicitaria de una gran empresa que la reputación de un chico de barrio.

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