domingo, 8 de noviembre de 2009

IM-PRESIONANTE

Es la única palabra que se me ocurre para definir a Javier Hernández.



La primera y única vez que he estado con él fue con motivo de una pequeña entrevista que amablemente Javier aceptó concedernos para un trabajo de la universidad. En la asignatura de Sociología decidimos hacer un análisis sobre los beneficios del deporte en las personas con discapacidad y tuvimos la oportunidad de hablar con algunos deportistas con discapacidad, entre ellos, Teresa Perales, los jugadores del CAI Deporte Adaptado de Baloncesto y el propio Javier Hernández.

Javier es un reconocido periodista deportivo de Zaragoza, redactor en su día de Heraldo de Aragón y del diario As. Ahora trabaja en el departamento de prensa de Disminuidos Físicos de Aragón (DFA), una organización que trabaja para mejorar la calidad de vida de las personas con algún tipo de minusvalía, tanto en el ámbito laboral como en el personal. Amablemente nos recibió en su lugar de trabajo. Al principio, antes de saludarlo, teníamos una mezcla de sensaciones; por una parte teníamos muchas ganas de hablar con él y, por otro lado, nos daba respeto o quizá un poco de miedo el no saber cómo tratar el tema de la discapacidad con una persona que la sufre.

Todo cambió cuando nos presentamos y comenzamos a hablar con él. Se supone que la labor del periodista, o quien ejerce de entrevistador, es intentar que el entrevistado se sienta cómodo. Claro está que nosotras éramos estudiantes de segundo curso de Periodismo y esa una de nuestras primeras entrevistas, y él un experimentado periodista que sabía perfectamente cómo nos sentíamos. Cuando llevábamos unos minutos conversando nos gustaría habernos quedado allí tres horas más. Salimos de ese despacho, nos miramos y dijimos: "Impresionante".

La calidad profesional de Javier Hernández ya la conocíamos antes de entrar por la puerta. Sin embargo, nosotras queríamos que nos contara su experiencia personal como persona con discapacidad que práctica deporte. Natación y fútbol sala son sólo algunos de los deportes que ayudan a Javier a mantener en forma su musculatura, que le permite levantarse cada día y desarrollar su actividad profesional y aquellas propias de la vida cotidiana con casi total normalidad.

Nunca le han regalado nada ni le gusta la compasión. Javier piensa que las personas con discapacidad deben esforzarse para superar los obstáculos del día a día e integrarse en la sociedad, y no esperar que sean los demás quienes les integren.

Quince minutos charlando con Javier Hernández equivalen a toda una carrera universitaria sobre la vida.

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